Situada en lo alto de una colina entre 500 hectáreas de bosques, colinas ondulantes, olivos, cipreses y viñedos que producen prosecco blanco, tinto y rosado, Villa Lena es mucho más que un refugio rural bajo el sol de la Toscana. Concebida como hotel boutique y residencia de artistas, esta villa neorrenacentista del siglo XIX es un lugar de ensueño donde las conexiones entre paisaje, creatividad y comunidad se cultivan y se celebran.

Fundada en 2014 por Lena Evstafievam, Jerome Hadley  –un matrimonio de músicos y coleccionistas de arte contemporáneo– y su socio, el restaurador parisino propietario de Le Baron, Lionel Bensemoun, Villa Lena sitúa el arte y la naturaleza en el centro del proyecto. La directora de arte y diseñadora de interiores Clarisse Demory revitalizó los espacios interiores reciclando y restaurando algunos de los muebles tradicionales existentes y combinándolos con piezas vintage y ‘mid-century’ procedentes de anticuarios y mercadillos de la zona, creando un ambiente puro, sencillo y a la vez fresco que encapsula la idea de la belleza en estado puro. 

Aunque pueda ser el lugar más tranquilo y apacible del mundo, en Villa Lena siempre está pasando algo. Durante la última década, este lugar utópico ha acogido a artistas, diseñadores, músicos, bailarines, cineastas y huéspedes de todo el mundo para pasar tiempo juntos y compartir experiencias creativas únicas: desde talleres de recolección de trufas, arreglos florales o perfumería hasta exposiciones de arte, cenas comunitarias y conciertos íntimos. Todo aquel que se encuentra en Villa Lena es invitado a participar, relacionarse con los artistas residentes, explorar el paisaje toscano y deleitarse con la cocina local de temporada, un lujo que va de la granja a la mesa. Sea cual sea la opción elegida, será como vivir el sueño de la Toscana.