1. Un elixir de belleza 100% natural
Al tener una gran afinidad con la epidermis, los aceites y macerados vegetales penetran fácilmente en las capas superiores de la piel, favoreciendo sus funciones naturales, ayudando a reponer sus lípidos y evitando la pérdida de hidratación. Cada aceite está dotado de unas propiedades beneficiosas específicas, y tienen capacidades nutritivas, hidratantes, purificantes, reparadoras o antioxidantes. Esto hace que los aceites vegetales contribuyan de manera versátil a cualquier rutina de cuidado de la piel, ya que pueden satisfacer diversas necesidades y solucionar problemáticas específicas.

2. No todos los aceites son iguales
La calidad es importante cuando se trata de aceites vegetales. Nuestros aceites vegetales son 100% orgánicos y además, están prensados en frío. Esto significa que el aceite se extrae de semillas o frutos de manera sostenible sin utilizar calor ni procesos químicos, lo que permite que todas sus vitaminas, antioxidantes y ácidos grasos permanezcan intactos para maximizar así su eficacia.

3. Elige el más adecuado para ti
Son muchos los aceites que ofrece la naturaleza, pero cada uno de ellos funciona para  un tipo concreto de piel y cubre unas necesidades específicas. Hay muchos que son no comedogénicos, lo que significa que no obstruyen los poros y son adecuados para pieles grasas. Los aceites de jojoba y cáñamo, por ejemplo, ayudan a equilibrar la producción de sebo e incluso pueden curar y prevenir ciertos tipos de acné. El aceite de rosa mosqueta, en cambio, es más rico, pero sigue siendo ligero y no deja un acabado graso o pegajoso. Conocer tu tipo de piel y elegir el aceite adecuado puede mejorar notablemente su salud y su aspecto.

4. Tres o cuatro gotas es todo lo que necesitas
Cuando se trata de aceites vegetales, menos es más. Ya se utilicen en estado puro o combinados en una sinergia (como en nuestros Aceites Corporales, los Sérums de Noche o en la Crema Hidratante de Día), los aceites vegetales ofrecen nutrición para la piel en dosis concentradas y una amplia gama de cualidades específicas para mejorar su salud y su aspecto. Aplica solo tres o cuatro gotas sobre la piel húmeda y utiliza las yemas de los dedos para crear una emulsión que nutrirá e hidratará tu piel, previniendo la pérdida de hidratación y la sequedad.

5. Aceites vegetales vs aceites esenciales
Aunque ambos se utilizan en el cuidado de la piel y la aromaterapia, los aceites esenciales son extractos muy concentrados y siempre deben diluirse adecuadamente en un aceite portador para evitar irritaciones. Siempre que utilices un aceite nuevo, es importante que hagas un pequeño test, sobre todo si tienes la piel sensible o sueles tener alergias.

6. Una correcta conservación es importante
Todo, desde la temperatura hasta la humedad y la exposición al aire, puede conducir a la oxidación de los aceites y tener un impacto negativo en sus sus propiedades. Es esencial mantener el aceite en un lugar fresco y alejado de la luz solar, y ser consciente de la fecha de caducidad ya que la frescura es clave para aprovechar al máximo, y con seguridad, sus beneficios.