Mi trabajo es muy variado. Por un lado, es muy gratificante, ya que nunca me aburro, pero por otro, es difícil organizarlo todo y ser eficiente o eficaz. También cambia mucho con las estaciones. En invierno, las plantas descansan, y nosotros también. Pasamos el tiempo arreglando la infraestructura y preparando la tierra para recibir la primavera con fuerza. Plantamos los plantones y planificamos la próxima temporada. También ofrecemos cursos de formación en línea.En primavera todo explota, la vida, la fauna y la flora. El sol empieza a calentar la tierra, así que es el momento de plantar todos nuestros plantones resistentes. Florecen los tulipanes, las anémonas, los ranúnculos y los narcisos. Ofrecemos talleres de arreglos florales, confeccionamos ramos por encargo y llevamos las primeras flores a nuestras floristerías de Barcelona. En casa, nunca dejamos de cosechar e intentamos vender todo lo posible después de varios meses con pocos ingresos.En verano el jardín se llena de flores. También es cuando tenemos más trabajo y más ventas. El trabajo empieza a las seis de la mañana para que el sol no caliente demasiado las flores. Cosechamos y vendemos. Apenas tenemos tiempo para nada más, aunque seguimos ofreciendo talleres y organizando bodas. Es una temporada mágica, pero muy, muy intensa.Y en otoño, seguimos cosechando ya que en un clima templado como el nuestro, las flores florecen hasta noviembre. Luego toca retirar los cultivos, limpiar y plantar los tulipanes, narcisos y ranúnculos que florecerán al final del invierno. Además está la gestión, las cuentas, hablar con clientes, proveedores y organizadores de eventos. Es un no parar.