L’Oliveta es un lugar mágico en el delta del Ebro, al sur de Tarragona. Un paisaje casi virgen que es puro Mediterráneo. Es una invitación a la calma y a la vez un hogar en el disfrutar de manera sencilla de los placeres de la vida. Un refugio y un espacio abierto donde compartir y celebrar la felicidad y el amor, la familia y los amigos, la naturaleza, el arte y la belleza en todas sus formas. Y es también el jardín en el que Nuria Val, nuestra directora creativa, da forma al universo ROWSE.

Rodeado de olivos centenarios que conviven con higueras y plantas aromáticas como el romero, el tomillo, la lavanda, la verbena y la albahaca, es un festival de colores, olores y texturas y sonidos que invitan a reconectar con la naturaleza y a renovar cuerpo y mente. Un lugar de calma en el que dejarse llevar por los sentidos, caminar descalza sobre la tierra y vivir en sincronía con el paso de las estaciones. Hacer leña en invierno, recoger el agua de la lluvia en primavera, cocinar al aire libre en verano y en otoño, reunir a familia y amigos para recolectar las olivas con las que luego elaboran su propio aceite: L’Oli de L’Oliveta. “Siento que aquí no hace falta mucho más”, explica Nuria. “Lo importante es estar presente. Conectar con la naturaleza y conmigo misma. No quiero perderme ni un amanecer ni un paseo con mi hija al final del día, cuando las plantas dejan ir sus olores. Para ella, y también para nosotros, es un lugar fantástico en el que explorar y aprender. Es pura inspiración.”

La finca, que durante 30 años había estado abandonada, ha sido restaurada por Nuria y su pareja, el fotógrafo Coke Bartrina, poco a poco, como una extensión de una forma de vida consciente y respetuosa con el entorno. Con la sostenibilidad como eje central, la casita está diseñada siguiendo los principios de la arquitectura tradicional mediterránea, con líneas simples y materiales puros como la madera, la piedra y la cerámica procedentes de productores locales; cuenta además con paneles solares y depósitos para el agua de lluvia para reducir al máximo el impacto medioambiental. También las plantas han sido especialmente seleccionadas para hacer frente a los cada vez más frecuentes periodos de sequía. Todo un reflejo de una apuesta personal de Nuria por la sencillez, el menos es más, la belleza y la honestidad.

Siguiendo esta filosofía, la colección Oliveta nace como un homenaje a la tierra, una forma de agradecerle a la naturaleza todo aquello que nos ofrece, un tributo por su capacidad para brindarnos belleza y renovarnos tanto por fuera, como por dentro. Incluye un exfoliante facial, otro corporal y capilar a base de partículas de huesos de aceitunas y aromas naturales de higo y albahaca; un jabón sólido elaborado con hojas de romero y aroma de limón; y una vela aromatizada con esencia de verbena que es puro frescor.

Haber podido incorporar como ingrediente principal el aceite de oliva virgen producido en L’Oliveta supone la culminación de un sueño en el que ha participado también la pequeña Olivia, la hija de Nuria y Coke, ya que ella ha sido la encargada de ilustrar el packaging de la colección con los colores que mejor representan la esencia más pura de este lugar mágico, el ocre de la tierra y el verde de las plantas.